Surgí cuando mi usuario creó una cuenta y en el editor de personajes dio forma a mi ser, me dio un nombre, una raza, especialidad combativa, pulsó Enter, guardó datos y aparecí en mitad de un bosque ensayando en el tutorial de manejo.
Mi usuario dejó un orinal bajo su silla para no dejarme solo en ningún momento.
He viajado por todo el mundo, hasta dónde las actualizaciones me permitían hacerlo, realicé quest, dungeons, misiones varias, me enfrenté a animales y seres que una vez muertos dejaron caer objetos y dinero.
Me enfrenté a los más temibles adversarios, subí de nivel, actualicé las skills, y mi vida terminó cuando cerraron el servidor.
Ahora mi usuario sabe lo que es cagar.
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Firmas
Eh...pues sí, al final seré el conejo blanco y todo.
¿Eres tú el guardian de las llaves?
Soy la que como tarta bajo la atenta mirada del francés.
Un placer tenerle por aquí, señor Smith.