Acabar con el hombre para salvar la Tierra: así es el movimiento ecologista más inquietante del momento
El Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria (VHEMT) propone salvar el planeta erradicando la raza humana
19 MAR 2019 - 11:54 CET
El problema: el cambio climático. La solución: acabar de raíz con el hombre. Mientras Greta Thunberg, la joven sueca que ha inspirado el movimiento Fridays4Future, conseguía que miles de estudiantes secundaran la huelga global del 15M para hacernos reflexionar sobre qué clase de planeta le estamos dejando a nuestros hijos, existe otro movimiento ecologista que propone directamente no tener descendencia. Se llama Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria (VHEMT, en inglés) y sus integrantes consideran que la solución al cambio climático no está en atajar las emisiones tóxicas o el exceso de plásticos, sino la natalidad. Los seguidores proponen salvar la Tierra erradicando de forma voluntaria y pacífica la especie que está acabando con ella: la raza humana.
Más allá de los tintes irrisorios, el movimiento tiene bastante recorrido. Fue creado a finales de los ochenta por el americano Les U. Knight (Oregón, 1947), un profesor de instituto metido desde joven en movimientos ecologistas que, tras leer el libro La explosión demográfica de Paul R. Ehrlich, consideró que al mundo le venía bien un respiro de tanto humano. El activista, que para predicar con el ejemplo se realizó una vasectomía con 25 años, proponía que la gente dejara de tener hijos de forma voluntaria para lograr, a muy largo plazo, su extinción.
"Los partidarios de VHEMT desalientan la reproducción a favor de la regeneración, creyendo que la Tierra se beneficiaría de la ausencia de la humanidad", explicaba la periodista Abby O'Reilly en the Guardian, señalando algunas lagunas que le veía al proyecto. "La razón por la que muchas personas tienen dificultades para procesar este concepto es que no es muy frecuente que alguien asuma la responsabilidad de un problema internacional reprimiendo sus propias funciones biológicas. Reconocer esto como una opción válida obligaría a la gente a reflexionar sobre su propio comportamiento, lo que nunca es muy popular".
Los voluntarios de VHEMT creen de algún modo en la justicia poética. Los humanos somos los culpables del cambio climático y de la extinción de cientos de especies animales y vegetales; así que el movimiento se presenta como "una alternativa alentadora" a la destrucción que ha ejercido el hombre sobre la Tierra. "No somos solo un puñado de misántropos e inadaptados antisociales que se deleitan morbosamente cuando el desastre golpea a los humanos. Nada más lejos de la verdad. La extinción humana voluntaria es la alternativa humanitaria para los desastres humanos", apuntan en su web. "Cuando cada humano elija dejar de reproducirse, la biosfera terrestre será capaz de regresar a su antigua gloria y todas las demás criaturas serán libres para vivir, morir, evolucionar (si creen en la evolución) y, tal vez, desaparecer, como tantos "experimentos" de la madre naturaleza lo han hecho al paso de las eras. Así se le devolverá la salud a la ecología terrestre".
Con esta medida tan radical, el movimiento pretende acabar también con las relaciones de poder y las desigualdades que existen en el mundo. "Para algunos es una cuestión de índole ecologista. Para otros tiene más que ver con los derechos de los animales no humanos. E incluso, paradójicamente, muchos humanistas también comparten nuestros planteamientos. Las guerras para controlar los recursos serían innecesarias y se conseguiría la paz mundial si frenáramos en seco la sobrepoblación mundial", explicaba Les U. Knight en una entrevista publicada por el medio Vice. "Hoy en día, millones de personas padecen hambre, sed y miseria. Todos ellos podrían vivir una vida plena si no estuviéramos inútilmente tratando de satisfacer nuestras crecientes necesidades".
Al igual que ocurre con los terraplanistas (defensores en el año 2019 de que la Tierra es plana), cuando uno se acerca al Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria solo puede preguntarse si se trata de una broma. Esta reacción debe ser tan frecuente que incluso han incluido en su página web la pestaña "¿Están hablando en serio?". Y lo cierto es que la respuesta tampoco aclara del todo las dudas. "Es verdad que la rápida extinción de la vida silvestre y el que 40.000 niños mueran cada día no son cosas para reír, pero ni la risa ni los lamentos cambiarán lo que está pasando. Podemos tener también un poco de humor mientras trabajamos por un mundo mejor. Además, regresar a la Tierra a su esplendor natural y terminar con el innecesario sufrimiento de la humanidad son pensamientos felices: no tiene ningún sentido dejarse abatir".
De lo que no se le puede culpar a los seguidores del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria es de optimismo. "El movimiento puede considerarse un éxito cada vez que otro de nosotros decide no procrear más", explican, conscientes de que lo suyo es una tarea a largo plazo. "Los voluntarios del VHEMT somos realistas. Sabemos que nosotros no veremos el día en que no haya seres humanos en el planeta. Nuestro objetivo es a muy largo plazo".
Cuesta saber cuántos seguidores tiene en la actualidad el movimiento VHEMT. "Debe de haber millones de personas alrededor del mundo que independientemente están llegando a la misma conclusión. Una gran cantidad de los voluntarios actuales eran ya vehementes extincionistas antes de conocer las siglas VHEMT", especulan. En Facebook, el grupo cerrado en español, contiene casi 2.500 personas. Quizá demasiados para una organización que pretende exterminar la raza humana.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/17/icon/1552817979_057949.html
La noticia es de hace dos años, pero la pongo para que sepáis qué es el Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria. Sé que lo que proponen es una utopía porque es imposible convencer a todo el mundo de que no debe tener hijos, pero me interesa su lógica. Es obvio que cuantos más seamos peor podremos vivir. Si ya de por sí la vida es una mierda, imaginad un mundo con 10.000 millones de personas y los recursos de la Edad Media. Quizá estemos así dentro de 30 años.
Tener un hijo me parece una crueldad tremenda. Los pobres niños no piden nacer y con la que va a caer hay que ser muy egoísta para traer más al mundo. A alguno le parecerá una barbaridad no concebir más humanos, pero a mí me parece mucho peor traerlos a sabiendas de que están condenados a malvivir. ¿Qué piensan los mediavideros?