Llevo un tiempo reflexionando sobre ésta y otras cuestiones, especialmente mi lugar en esta sociedad en la que cada vez me siento más desubicado. Lo que muchos vais a decir es que soy un jodido niñato malcriado, sobreprotegido y llorica, y no os quito la razón en absoluto. Y por eso mismo abro este hilo.
Me he dado cuenta que vivo en un estado permanente de apatía, desidia e infelicidad. Tengo techo, comida, unos padres que me proporcionan de todo hasta el punto de haberme tenido metido en una burbuja durante años, y a día de hoy estoy amargado, buscando trabajo para sentirme productivo, para sentirme útil, y no encuentro nada, no me llaman de ningún sitio. Actualmente estoy embarcado en el proyecto de fin de carrera de ingeniería civil y además soy músico profesional, pero estoy muy amargado porque siento que he perdido el tiempo. Sí, diréis que para nada he perdido el tiempo, pero es algo que ya no me motiva en absoluto. Porque me han mentido desde pequeño con que la vida se resume a estudiar y luego opositar y acabar de funcionario. Y así estamos yo, mi hermano y resto de colegas, dando tumbos por ahí, esperando a que llegue el viernes para emborracharnos y el resto de la semana metidos en casa como vampiros.
Y es que a veces me gustaría que mis padres no hubiera sido unos 'mariconazos'. No digo que no me hayan querido porque efectivamente lo han hecho y siempre han querido lo mejor para mí; pero se han equivocado. No siempre las buenas intenciones conducen a la mejor solución: a veces conducen al desastre. Mi opinión sincera es que la generación de mis padres ha creado a otra generación de inútiles, malcriados y pusilánimes. Digamos que mis padres han sido los típicos de 'pon la otra mejilla', 'intenta dialogar', 'estudia para que no te engañen', 'montar un negocio es una locura', 'tu futuro es ser funcionario' y frases por el estilo. No quiero con esto quitarme culpa porque la tengo y mucha. Pero me han hecho un ser inseguro, sin amor propio, falto de herramientas para enfrentarme a la vida y eso me entristece mucho. A veces me gustaría que mis padres me hubieran pegado la patada con 18 años para buscarme la vida, hacerme un tío duro, un Señor, como los de la generación de mis abuelos. Gente dura, con recursos, superviviente, con educación y saber estar eso sí, pero también con los huevos cuadrados.
A veces pienso en la generación de mis abuelos y me pregunto si yo soy más libre que ellos. Yo mismo teniendo todas las libertades y comodidades me veo atado de pies y manos por la desidia, la invalidez, la falta de curiosidad, la inercia de esta sociedad.. Parece que ya todo está hecho, estoy en el PC con mi radiador calentito, escuchando música, me iré a acostar sin preocuparme por tener mañana desayuno, calefacción o agua caliente, iré a echar CVs a cualquier sitio a esperar a que me llamen y dejando pasar las horas y los días. No me siento útil, me siento una jodida mierda, sin autoestima de ningún tipo.
Me pregunto qué pasaría si a mi abuelo le viniera algún borracho a buscar bronca como me ha pasado alguna vez -y normalmente ha habido alguna tía de por medio, típico en esta generación de arrastrados sin dignidad-. La respuesta es que mientras yo hubiera intentado calmar la situación, mi abuelo le habría pegado tal hostia en la cabeza que habría tenido que comer con pajita el resto de su vida. Es lo que veo: una generación de zombies, estúpid@s, veo demasiada tontuna, postureo, banalidad e inutilidad, todo lo contrario que la generación de nuestros abuelos.
Me gustaría poder currar de lo que sea, curtirme en un trabajo, ahorrar, montar mi negocio, tener mi propio coche, vivir fuera de mi casa, lejos de mis padres, ser un tío de los pies a la cabeza y no el eunuco que soy actualmente, también me gustaría poder plantar cara a aquél que me falte el respeto, a hostias si hace falta. Ir por la calle con la cabeza alta, orgulloso de ser quien soy. En definitiva, ser un hombre libre.