Editorial EM
LAS JUVENTUDES DE LOS PARTIDOS, ESPEJO DEL ALMA DE SUS MAYORES
Resulta toda una ironía que las Juventudes del Partido Socialista hayan denominado «Por la convivencia» la campaña que presentan hoy para defender la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pues su mensaje, lejos de promover el entendimiento con quienes no piensan como ellos, ridiculiza a todos los jóvenes del PP como pijos, machistas, ignorantes y carcas.
Más allá de que da la impresión de que han sido incapaces de encontrar argumentos positivos para defender la materia en cuestión, la actitud de los jóvenes socialistas no puede extrañar a nadie, habida cuenta de que están copiando lo que ven hacer a sus mayores. Basta escuchar cualquiera de las intervenciones del número dos del PSOE, José Blanco, para darse cuenta de hasta qué punto los ataques ad hominem contra los populares han tomado en ese partido el lugar que debería corresponder a una argumentación razonada de las políticas que defienden.
Lo que causa más desazón es comprobar cómo las nuevas generaciones de los partidos, en vez de apuntar mejores maneras que aquéllos a quienes están destinados a suceder, se dedican únicamente a servir de correa de transmisión de sus peores defectos y a reproducir los estereotipos más rancios. En este sentido, lejos de sentirse orgullosos al ver cómo les imitan los jóvenes, los mandos del PSOE, empezando por su secretario general, deberían recapacitar sobre el modelo de actuación política que transmiten a sus alevines, pues no resultaría extraño que éstos acaben sobrepasándoles en sus excesos.
Eso es exactamente lo que está ocurriendo desde hace tiempo en Cataluña, donde anteayer se revelaba que fueron dos militantes de las Juventudes de ERC los que enviaron al líder de Ciutadans, Albert Rivera, una amenaza explícita de muerte acompañada de una foto con su rostro atravesado por una bala de 9 milímetros.
En esta ocasión la dirección de este partido ha actuado con celeridad, distanciándose de la actuación de estos dos energúmenos e iniciando sendos trámites de expulsión. Dicha actitud no es la habitual y por ello hay que congratularse. Sin embargo, eso no servirá de eximente a ERC para eludir el hecho de que durante años ha estado creando un caldo de cultivo que fomenta este tipo de conductas. Como ayer señalaba con acierto el propio Rivera, los jóvenes de ERC encuentran sus «maestros» en diputados como Xavier Vendrell, quien recientemente justificaba la labor del grupo terrorista Terra Lliure, o Uriel Bertran, quien se autoinculpó ante el juez de la quema de la efigie del Rey.
La mejor prueba de este problema es que la foto con amenazas a Rivera no es un episodio aislado. También fueron jóvenes de ERC los que en la pasada Diada hicieron gestos de degollar a los líderes del PP gritándoles «todos muertos», los que arroparon la ofrenda al autodeclarado «amigo de ETA» Lluís María Xirinacs, o los que se encadenaron ante la sede de la Cope pidiendo su cierre. Entonces, las juventudes no sólo no recibieron crítica alguna sino que fueron justificados, jaleados e incluso físicamente acompañados por sus mayores.
http://www.e-pesimo.blogspot.com/2007/10/editoriales-signos-inquietantes-de.html
http://www.elmundo.es/diario/opinion/humor.html
El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe (Diógenes)