#1 Bro, no quiero ser pesao porque ya lo he hablado varias veces en el foro y no me apetece ir llorando por las esquinas. Pero mi madre murió este día 2, y mi padre está ahora mismo en la UVI grave, pero mejorando poco a poco gracias a dios.
La forma en la que yo estoy superando la muerte de mi madre es centrándome en la idea que todos hemos oído desde chiquititos. Y es que la muerte es inevitable. A todos los que estamos aquí y a todas las personas que conocemos les llegará, incluido a nosotros. Llegados a un momento así, aceptar la inevitabilidad de la muerte es necesario. Por otro lado, intento que cada vez que pienso en mi madre y la hecho de menos recuerde las cosas buenas y bonitas de ella. Ahora -y tal vez sea muy pronto para decirlo-, cada vez que pienso en mi madre y en su muerte siento una fuerza interior 'extra' que antes no sentía, y saco de su recuerdo una motivación espiritual/filosófica para tirar hacia delante. La hecho de menos, y me apena que ya no esté. Pero a la vez me da fuerzas y seguridad recordar los valores que me inculcó y toda la educación que me dio desde pequeñito. Sé que suena a película, pero seas una persona creyente o no, un fallecido al que quieres, siempre vivirá dentro de ti, en forma de recuerdo. Si te concentras en que esos recuerdos sean positivos y constructivos, su muerte puede servirte para crear un carácter más fuerte.
Ánimo. La vida sigue para nosotros y lo más justo para honrar a un padre fallecido es ser consecuente y construir una vida productiva y sana a tu alrededor. La pena tiene su límite y se irá disipando con el paso del tiempo, lo importante es que no te consuma. La clave para curarte ese dolor emocional es reflexionar sobre que estén donde estén, están descansando por fin. No más dolores, no más preocupaciones, no más enfermedades. Administra tus recuerdos y aférrate a lo bueno.
PD: También puede ayudarte mucho abrirte y hablar sin tapujos con amigos y familia. Si no, tienes un número de la seguridad social para charlar un rato con un psicólogo vía telefónica. Seguramente no te ofrezca ninguna solución a tus penas, pero el simple hecho de hablarlo con alguien te quitará un peso de encima. Espero haberte podido ayudar con mi experiencia y que en unos días empieces a sentirte algo mejor.
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