#271 En cuanto a demografía eso solo desemboca en campañas de "vuelta al pueblo". Por ejemplo, los jóvenes de 20 a 35 años no pueden permitirse la compra/alquiler de vivienda si no tienen un trabajo relacionado con los sectores que mantienen su media de ingresos adecuada al nivel de vida de la ciudad, lo que hace que se produzca una "sudoración demográfica" hacia fuera, hacia los municipios, donde las cosas están más asequibles. Es decir, comienzan a crecer los pueblos desde los más cercanos hacia los más alejados de las metrópolis.
Yo soy profesor en un colegio de ciudad, y muchas veces me he imaginado con ganas de llevar mi propia huerta y cambiar de vida. Y eso que tampoco es que haya tenido un pueblo donde me criase. Simplemente siento esa presión urbanita que no me gusta nada, pero que tengo que aguantar por cómo se vive en ciudad. Siento esa llamada "hacia afuera", no sé explicarla, aunque todavía no es suficientemente fuerte y lógica para iniciar ese cambio.
Si yo lo siento así, es probable que una persona con menos que desvincular o en situación de búsqueda de una vida estable se plantee volver al pueblo. Escalando esto, podemos aventurar que los movimientos demográficos se comportan como un líquido en movimiento y pendular. Durante finales del XX la gente iba de pueblo a ciudad, durante los proximos años veremos el movimiento inverso, y más adelante, de nuevo, la ciudad puede que se vuelva a poner de moda.