Leyendo #1, parece que definas la igualdad como un elemento inalterable, donde todos hacen, tienen, son y actúan de la misma forma. Esa perfección es un fin poco realista, pues ignora la diversidad que la propia naturaleza impone; ni yo soy como tú, ni tú eres como una mujer, ni esa mujer es igual a otra.
Ese pensamiento no es el fracaso de la utopía... es el fracaso del totalitarismo que abusa del poder para establecer una jerarquía, donde los valores de unos pocos deben ser los de todos.
Partiendo del principio de que no todos somos iguales, hay que cuestionarse dónde nace el sentido de la desigualdad.
El sentimiento de injusticia, el cual siempre es comparativo, básicamente puede expresarse con la pregunta Por qué él/ella sí y yo no?.
El liderazgo en la naturaleza no solo representa el privilegio de tomar el mando y el premio. Es una obligación como guía y protector. Luke treewalker usa la fuerza en un entorno donde la violencia es un medio.
¿Qué ocurre en la sociedad?
Cuando aprendimos a entender y anticipar las emociones y motivaciones ajenas. El mediocre, corroído por la envidia ante quienes destacaban individualmente, reconocía a aquellos en la misma situación, susceptibles de manipulación, pero sin la envidia que albergaba el mediocre. En su cruzada contra su propia mediocridad, contagiaba a otros de su inquina, señalando los errores ajenos, ocultando los propios y prometiendo, prometiendo y prometiendo.
Me gustaría conocer cuando se trascendió la mera jerarquía y condición humana y empezaron a alegar que fuerzas divinas les guiaban; ese tío subió el listón.
El abuso de la empatía y del sentido de peternencia son armas muy recurrentes de los individuos mediocres para enaltecer su figura por encima de todo. Enfrentan a los hombres entre sí, pues es la envidia, el egoísmo, su leimotiv. Los individuos excelentes buscan lo común en todos, pues no distinguen el sufrimiento del propio al del ajeno.
No todos tenemos las mismas capacidades, pero es precisamente ello lo que nos permite sentirnos realizados y aportar nuestra visión sobre el mundo que nos rodea. En mayor o menor medida, todos necesitamos la aceptación y el cariño de quienes nos rodean.
La mediocridad es la perversión de la realidad. El resultado de una educación egoísta donde se exije el éxito, pero se cohíbe al individuo de lograrlo a través de sus propias aptitudes. Se hereda a través de la desconfianza, la debilidad y el miedo. La mediocridad es la muerte del niño.
Solo acabando con ello se logrará la igualdad. Será posible en la autorrealización como fin común y para ello hay que escuchar y respetar a los niños y ofrecerles experiencias en todas las alternativas de futuro posible, para que encuentren el campo donde se sientan útiles y valorados. Hay que permitirles forjar su propia concepción de la realidad, con unos principios propios y solidos que surjan de la experiencia que nuestra guía, sobre su propia curiosidad, les ayude a entender sus errores... sin olvidar que nosotros también tuvimos que equivocarnos y aprender, para llegar a ser quienes somos.
La igualdad no es un fin, es un modo de vida.
Rpv: he ido escribiendo lo que se me ocurría mientras hacia otras cosas, así que...