Bueno, voy a pasar a relatar mi extraña relación con una chica, quiero conocer vuestra opinión, en otra situación habría omitido ciertos detalles, pero gracias al anonimato seré sincero, además las opiniones de desconocidos suelen ser más sinceras, ya que no juzgan a priori, ni tienen la necesidad de mentirte para reconfortarte.
Todo comenzó en septiembre del año pasado, acababa de salir de una relación tormentosa y me fijé en una chica bastante joven, era alta y guapa, y su mirada denotaba transparencia. Gracias a Dios un colega conocía a una amiga suya, por lo que fue más fácil el primer acercamiento, aunque sinceramente en un primer instante no hablamos demasiado.
Una semana después quedamos en la casa de un amigo para ver y tantear el terreno, intercambiamos teléfonos y redes sociales, a partir de ahí todo fue subiendo como la espuma. Después de charlar con ella dos semanas decido concertar una cita, a lo que acepta, a pesar de ser una chica extremadamente vergonzosa, era el segundo chico que conocía.
Empezamos a salir. Las dos primeras semanas todo marcha a la perfección, congeniamos genial, veo ciertas inquietudes intelectuales en ella, me gusta su inocencia y su pureza, no parece estar picardeada como las chicas de su edad. Pero enseguida empiezo a cagarla.
En las próximas semanas planteé toda clase de excusas para no quedar, no entiendo a qué se debió mi actitud, pero tengo una ligera idea: me confié, creía que podía disponer de ella cuando me viniera en gana, vi demasiada bondad y eso me resabió. Al final me acabó dejando por mi dejadez, la ningunee y relegué a un segundo plano, eso sin contar que me pasaba ebrio todos los fines de semana.
Continuamos charlando pero desde la posición que otorga la amistad, pero meses después decidiríamos quedar, esto nos remonta al 4 de agosto, sábado.
Quedamos para charlar y yo nuevamente en estado ebrio le planteo mi pesadumbre, le ruego una oportunidad mientras me muestro atribulado, pero ella se muestra reacia, argumenta que debe pensárselo. Siete días después volveríamos a quedar.
Llegadas ya las tres de la madrugada quedamos, yo pensaba que ese toque a altas horas de la madrugada tendría un cariz mejor que el de la semana anterior, pero me equivocaba, seguía empecinada en "pensar", yo creo que no hay que pensar nada, le dije. Pero ocurrió algo extraño, me abrazó sin ton ni son, y yo le correspondí, estuvimos más de treinta minutos abrazados sin decir ni pío, luego nos despedimos con un seco adiós. Ella ahora está en un campamento y no sé cómo abordar la situación cuando llegue.
Sinceramente quiero recobrar lo nuestro, merece mucho la pena.
¿Cómo debería de actuar?
NOVEDADES:
Al final va a resultar que llevabais razón, no quiere seguir con lo nuestro, sabe que es mía la culpa pero ella le ha querido quitar hierro, culpándose a ella misma, dice que no sabe dar un paso firme, fui yo joder, fui yo...