El objetivo de este artículo es en primer lugar explicar como funcionan los neurolépticos, en segundo lugar mostrar como el lenguaje psiquiátrico produce una confusión y en tercer lugar demostrar como el tratamiento con neurolépticos va en contra de la ética médica y en contra de los postulados morales y éticos de nuestra sociedad y de su doctrina humanista.
En el Manual de Medicinas de los años 1989 y 1990 y en el libro de instrucciones para médicos de la compañía farmacéutica estatal en Suecia, explicaba el catedrático del Hospital Carolino (Karolinska sjukhuset) Göran Sedvall, cómo los neurolépticos influyen sobre la psique humana en tres puntos:
Un efecto específico amortiguador apaga la vida psíquica de una forma que no va acompañada de un cansancio y disminuye el estado de vigilia. Este efecto se produce muy rápidamente.
Efectos antipsicóticos específicos actuando sobre los síntomas psicóticos, como las alucinaciones, trastornos del sentido de la realidad, etc. \"El efecto óptimo se consigue después de dos meses de haber iniciado el tratamiento. \"
Efectos sin especificar, efectos sedativos, tranquilizantes y efectos somníferos. Estos efectos se producen muy rápidamente.
El efecto 1 y 2 se produce de la siguiente manera: Los receptores dopamínicos de la parte frontal del sistema límbico son bloqueados. Este bloqueo disminuye la motivación mental, es decir, en otras palabras reduce la energía psíquica. Este efecto lo tienen por definición todos los neurolépticos. Es decir, la función real de los neurolépticos es hacer a la persona indiferente.
La indiferencia se muestra rápidamente como efecto 1, \"un efecto específico amortiguador\". Yo estoy despierto pero pasivo. Yo tengo todavía gran parte de mis ideas, valoraciones, lealtades, pero solo en forma pasiva, porque yo ya no puedo defender mis convicciones, sentirlas, mantenerlas y desarrollarlas.
Si el tratamiento con neurolépticos continua, en este caso me convertiré en un ser constantemente indiferente y con el tiempo, mis ideas, valoraciones y lealtades desaparecerán. Este es el llamado efecto 2, que la psiquiatría denomina \"efecto antipsicótico específico\". Esta terminología es falsa porque carece de fundamento el creer que los trastornos psicóticos se reducen más que otros. Con mayor razón podríamos hablar de un \"efecto específico antipsíquico\".
Además los neurolépticos producen síntomas psicóticos, un efecto que permanece de forma que la tendencia y la predisposición a la psicosis aumenta después de un tiempo de tratamiento con neurolépticos. Por consiguiente, se crea un círculo vicioso y por lo tanto pueden los neurolépticos convertirse en una trampa. Por consiguiente, la denominación \"antipsicótico\" es, por todo lo expuesto, también falsa y engañosa.
Mientras que el efecto 1 y 2 se encuentran en todos los neurolépticos, el efecto 3 puede variar en ellos y por ejemplo es débil en el Haldol y el Trilafón y fuerte en el Hibernal, Mallorol, Nozinam. El efecto 3 se puede explicar ya que determinados no sólo bloquean los receptores dopamínicos sino también otros receptores. Se puede también afirmar que el Haldol y el Trilafón tienen unos efectos de relativa acción puramente neuroléptica, mientras que el Hibernal, Mallorol y el Nozinam son combinaciones de neuroléptica con tranquilizantes y somníferos.
Además de la forma como los neurolépticos influyen sobre la psique humana, los neurolépticos influyen también en el organismo humano, alterando la parte motórica del mismo y el sistema hormonal, lo cual en psiquiatría se denomina \"efectos colaterales\" del \"efecto terapéutico de curación\". Pero si el verdadero efecto sobre la psique (efecto 1 y 2) no es un \"efecto terapéutico\" favorable, sino una lesion de una seriedad incomparable de los neurolépticos, se presenta la investigación psiquiátrica como un enfoque erróneo de la realidad.
Los psiquiatras constatan que los neurolépticos reducen los síntomas como la angustia, la inquietud, la agresividad, las alucinaciones, etc. Al mismo tiempo que los pacientes que son tratados con neurolépticos constituyen un grupo que necesita menos cuidados hospitalarios a corto plazo, que pacientes que no son tratados con neurolépticos. Sin embargo ¿Implica esto realmente que los neurolépticos tengan un \"efecto terapéutico\", si los pacientes al mismo tiempo son privados de sus sentimientos y de su vida interior de tal forma que la posibilidad de desarrollarse como seres humanos ha sido destruida?
Los pacientes se vuelven tranquilos y pasivos. En términos psiquiátricos esto se denomina \"mejoría\", pero en realidad la apatía de los pacientes es una prueba de que las funciones más altas del cerebro han sido apagadas, cuando la vida interior ha sido destruida por los neurolépticos, el desarrollo de la personalidad del individuo degenera. La vida como totalidad se destruye.
Los psiquiatras aseguran que los neurolépticos han probado una mejoría dado que el estatus pasiquiátrico del paciente ha mejorado a corto plazo, sin embargo no pueden presentar ni un solo estudio en el que se demuestre que este tipo de medicinas sean buenas a largo plazo. El hecho de que no exista ningún tipo de investigación que demuestre el efecto positivo de los neurolépticos a largo plazo y por el contrario dado que existen estudios científicos que demuestran que un grupo de pacientes, tratados en un entorno con calor humano, sin hacer uso de los neurolépticos, se desarrollan en forma más positiva que el grupo que es tratado con neurolépticos por la psiquiatría.
Aún más conveniente es que este tipo de información ha sido para mi personalmente el poder comprobar cómo pacientes esquizofrénicos agudos que la psiquiatría había condenado a un largo y perpetuo tratamiento neuroléptico, cuando fueron liberados de este destino, llegaron a vivir una vida rica y creativa, una vida que hubiera sido imposible de haber continuado con el tratamiento neuroléptico.
Dado que los neurolépticos actúan para detener y estorbar la actividad frontal límbica del cerebro que es el origen del pensamiento y sentimiento, resulta desde un punto de vista neurofisiológico fácil de comprender que los neurolépticos puedan destruir el desarrollo personal autónomo del individuo de forma tal que su vida se vuelva completamente inútil. Desde el punto de vista de la política sanitaria, implica sin embargo la pérdida de autonomía del individuo, el que se convierte en un ser manejable y \"fácil de manipular\".
Como ejemplo citaré lo que una vez escribió un paciente: \"…Cuando a una persona se le prive de sus sensaciones humanas y al mismo tiempo se le enmudece, implica esto que el sentido existencial de la vida se ha extinguido\" Palabras tales como \"soy un robot\", \"soy un zombi\" expresan el vacío interior y la impotencia.
Algunos pacientes inteligentes y jóvenes acostumbran a ofrecer desesperada resistencia contra los neurolépticos. Muchos otros como por ejemplo los moribundos, ancianos, personas con insuficiencia mental son incapaces de poner en tela de juicio el tratamiento con neurolépticos y oponer resistencia. Dado que los neurolépticos conducen a la impotencia, se rompe también por regla general la voluntad de oponerse, cuando por medio de los tratamientos de fuerza o de persuasión, se ha medicinado por un tiempo con neurolépticos, esto es lo que los psiquiatras llaman \"tomar consciencia de la propia enfermedad\". Esto es la trampa de la impotencia.
Cada día reciben en Suecia 100. 000 personas sus dosis de neurolépticos. Sólo unos pocos son obligados a aceptarlos por medio del uso de la violencia física, sin embrago la interrogante, la tremenda interrogante que no debería dejarnos en paz, es de que si en realidad todas estas personas no están realmente siendo víctimas de un tratamiento de fuerza médico carente de ética, de una lobotomía forzada.
Podríamos nosotros posiblemente creer que los seres humanos quieran destruir aquello que les hace realmente humanos, para convertirse en zombis, carentes de vida interior, para poder ser dirijidos desde el exterior? ¿Podríamos nosotros creer que estas personas con conocimiento y voluntad firme permitirían que se le destruyan sus funciones cerebrales que son condición fundamental del conocimiento y la libre determinación? ¿O quizá, de lo que se trata es de que estas personas se han sometido al tratamiento neuroléptico porque se sienten rendidas, desalentadas, incomprendidas, aturdidas, o con un sentimiento de destructividad?
Si nosotros elegimos tratar de comprender la situación de estas personas, nos daríamos cuenta de que su verdadera voluntad no es el de vivir con drogas neurolépticas. Estas personas se encontraban en un momento crítico de su vida, y lo que necesitaban era humanidad, pero lo que encontraron en realidad fue un tratamiento de fuerza despiadado, y sus protestas fueron acalladas con los neurolépticos y sus efectos zombi. Ellos son por lo tanto unas víctimas de un tratamiento que es contrario a la ética médica y contrario a los fundamentales derechos de la humanidad. Ellos son víctimas de una lobotomía forzada y falta de ética.
Cuando Randle Patrick McMurphy en la película \" ¿Quién voló sobre el nido del cuco? \" fue sometido a una lobotomía quirúrgica, fue ayudado por el jefe Brondem a apagar su vida, la cual ya no existía. Cuando las posibilidades de vida se aniquilan con los neurolépticos puede el suicidio presentarse como el único camino de salida que queda. Muchos pacientes que han sido tratados con neurolépticos durante un período largo de tiempo se suicidan.
Una persona recibe tratamientos con neurolépticos y la persona próxima a ella que la ama experimenta que le han quitado la vida, lo más hermoso, lo viviente, lo creativo, la pasión, lo que ha hecho de esta persona un ser querido, todo lo que le ha dado a se vida un sentido ha sido detruido. Algo tremendo e inusitado ha ocurrido. Pero el psiquiatra anota \"mejoría\", \"disminución de síntomas\", \"consciencia de la propia enfermedad\", \"efecto terapéutico\". El psiquiatra está cegado por su propio lenguaje.
Al igual que la lobotomía, los neurolépticos no tienen ningún tipo de \"efecto específico antipsicótico\". El tratamiento psiquiátrico implica que las funciones humanas cerebrales se reducen, interrumpen y destruyen.
¿Podemos nosotros tratar a un ser humano de esta manera?