Tener un vicio insano para algo no retribuido exageradamente en donde resides o en el mundo: mal según la mayoría de los humanos. Aunque hayan sido paleontólogos o biólogos los que su obsesión con los putos bichos hicieron avanzar a la humanidad con saltos que nos mareaban y todo del impulso tomado.
Miles de científicos si pasaran las pruebas para el síndrome del déficit de atención, paranoia y demás caerían como moscas. O yo mismo me he visto en "peligro de atracones". Cuando, lo que se describe, es lo que hago casi cada día. El domingo pasado me comí 0,75L de gazpacho con almendras, ensalada tocha, pizza hecha en casa que ocupaba todo el horno, 5 piezas de fruta y un helado de 0'5L. Según muchos psiquiatras, estoy por encerrar aún no contando el tema de la comida.
¿Al final qué sucede? Que si puedes vivir tu vida sin que las "a"normalidades trastoquen el ritmo diario de ésta (refiriéndome a "trastocar" como algo variable de cada persona según sus planes); estás igual de insano que muchos pero vas haciendo. Como toda la población en general. Si te gustan las películas ultragore pero ese vicio no te quita de salir de casa o quedar con tu novia mira lo que quieras, por algo están los gustos.
Es cuando algo se vuelve enfermizo para ti y te aisla y te causa perjuicios en tu calidad de vida que se puede etiquetar como patológico. Pero claro, los juegos de la sociedad y del personal sanitario son muy notorios en España. Y es muy fácil caer en el sobrediagnóstico y excesos de tratamientos (muchas veces sin evidencia psicológica / psiquiátrica) + polimedicación.
Otra cosa son los vicios que uno puede tener que causan desprecio al ciudadano porque acometen contra otros en edades influenciables, como la pederastia o perseguir a colegialas. Aquí hace falta debate y abordar el tema. Que lo estamos esquivando mucho y desde hace demasiado.