Has vivido entre grandes fortunas. Son gente inmunda, sin piedad y sin escrúpulos. Se invitan unos a otros para no perderse de vista, pero se detestan de corazón. Son como lobos, operan en grupo para infundirse coraje y no dudan un instante en devorar crudo a un congénere que tropieza. Detrás de las imponentes fachadas de sus palacios, detrás de sus abrazos hipócritas, sólo hay viento...