El sol amaneció en una tranquila mañana destacando su resplandor en el oleaje marítimo, junto a la arena mi corazón dibujado, atravesado por una flecha llena de amor.
La flecha el pecado, Cupido el pecador por tu don divino, tu flecha en mi corazón. ¿Y quien es el culpable, si sé que no soy yo?
Cupido me susurro: Una mujer celestial, de cabellos dorados, de buen corazón, fiel y con sentido común. Con una mirada tan dulce que tu corazón conquistó.
Entonces cupido ¿porqué me has disparado?
Cuestiónate otra vez lo que me has preguntado. ¿Quién es el pecado y quien es el pecador?
SANDRA(L) HECTOR. 15.02.06. Vivo por y para ti.